Montefalco

MONTEFALCO. UN EMERADOR, UNA MÍSTICA Y EL ORO ROJO

Bienvenido a Montefalco, el mirador de Umbría por su panorama de 360°. El nombre de la ciudad recuerda la presencia de Federico II y sus halcones, sus compañeros inseparables en los momentos de ocio. Pero Umbría , tierra de santos, os permitirá descubrir aquí a otra Clara, una joven fuerte y decidida que descansa en la iglesia dedicada a ella. Sin embargo, el destino de esta tierra siempre ha estado ligado al vino Sagrantino, ese oro rojo nacido en la Edad Media gracias a los franciscanos que importaron la vid de Asia Menor. Un vino que comenzó siendo un vino de uvas pasas de uso litúrgico y que ahora se ha convertido en un excelente vino de mesa. El Sagrantino es un placer para el paladar y la vista porque en otoño los viñedos se iluminan con hojas rojizas, lo cual es también para los aficionados a la fotografía una ocasión imperdible. Gracias a los franciscanos, Montefalco conserva un ciclo de frescos que narran la vida de San Francisco en un estilo renacentista con colores vivos y escenarios insólitos.

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