Città di Castello se distingue de todas las demás ciudades de Umbría por conservar una estructura urbana típicamente toscana: una vasta superficie plana, grandes plazas y palacios nobles armoniosamente distribuidos. Entre ellos destaca el Palazzo Vitelli, que alberga una importante colección cívica, incluso un estandarte pintado por el joven Rafael. Este gran genio del arte pintó otras obras en la ciudad, pero sólo se conservan copias. Burri, por su parte, donó toda su colección a los tifernates (los habitantes de la ciudad ), que la conservan en las casas de los señores que en antaño los gobernaban. Los tifernates también aman sus tradiciones y las transmiten: la escuela de tejidos en telar de Umbría es un testimonio de ello. El otro tesoro que ofrece la ciudad es el de Canoscio, un ajuar litúrgico paleocristiano en plata conservado en el Museo Diocesano junto a la Catedral, una joya del manierismo. En verano la ciudad se anima con eventos nacionales e internacionales como el Festival delle Nazioni, que acoge a orquestas de todo el mundo.